“A la hora de reclamar por vicios ocultos, el precio más bajo nunca es el mejor consejo. Un informe técnico débil cuesta mucho más que lo que ahorra.”
Comprar una propiedad nueva –en especial en barrios cerrados, con todo el marketing del “estreno” y la promesa de tranquilidad– debería ser una de las experiencias más felices y seguras. Sin embargo, cada vez es más frecuente que, apenas caen las primeras lluvias o cambia la estación, los propietarios descubran que bajo la pintura se esconde un mundo de patologías: humedades, fisuras, filtraciones, cimientos mal ejecutados, problemas de cota o aislaciones defectuosas.
Lo primero que piensa la mayoría es “al menos tengo la escritura y el abogado”. Pero el verdadero valor de una defensa está en la prueba técnica. Y es ahí donde muchas veces comienza la tragedia: buscar el perito más barato, el informe más corto, la salida menos costosa.
La lógica del ahorro mal entendido lleva a algunos abogados y propietarios a priorizar el precio del peritaje, sin detenerse a pensar que esa economía inicial puede costarles el juicio entero.
Un informe técnico “barato” suele implicar un trabajo superficial:
– Sin relevamiento profundo ni mediciones.
– Pocas fotos, mal documentadas.
– Análisis precario (sin marco legal ni normativo).
– Conclusiones débiles, sin fuerza para sustentar una demanda.
El resultado es conocido:
– El informe es fácilmente impugnado o ignorado por la otra parte.
– El juez lo descarta por falta de rigor.
– El reclamo fracasa o la mediación se debilita, porque la prueba carece de sustancia.
No es la primera vez que lo veo. Hace poco, un propietario de un barrio privado me contactó después de haber intentado un reclamo con un informe hecho por “el más barato”. El escrito era de apenas dos páginas, sin fotos claras, sin marco normativo, y con conclusiones ambiguas.
El resultado: el abogado de la parte contraria lo destruyó en cinco líneas y la aseguradora directamente se negó a negociar.
Finalmente, el cliente tuvo que invertir nuevamente —esta vez, en un informe profesional y completo— y perdió meses valiosos por no haber elegido bien al principio.
El peritaje serio, profundo y documentado no es un lujo: es el único escudo válido cuando el patrimonio y el derecho están en riesgo.
Recortar en la defensa técnica es una jugada peligrosa, porque en este tipo de conflictos la diferencia entre ganar y perder no la hace el precio del informe, sino su solidez.
Quien busca “el más barato” para litigar por una propiedad defectuosa está eligiendo la peor economía: la que deja sin respaldo el reclamo y pone en juego todo el esfuerzo invertido.
En nuestra Consultoría Técnico Legal, Arquitectos de Abogados, cada informe es un compromiso con la verdad técnica, la defensa sólida y la ética profesional.
Nuestro trabajo no es “llenar papeles”, es aportar soluciones, respaldo y tranquilidad jurídica donde más se necesita.
La defensa cuesta, pero vale. Lo barato sale caro, y en el mundo de los vicios ocultos, mucho más. Un informe pericial serio puede salvar un patrimonio. Uno barato, solo garantiza problemas nuevos.
Teodoro Ruben. Potaz
Arquitecto legista y perito técnico
¡Reciba GRATIS nuestros boletines de Peritajes Edilicios, Arquitectura Legal y Acústica Legal por email!